martes, 26 de agosto de 2008

Creo en las redes sociales


Hoy fui parte de una red que se movilizó por un tema en particular y testigo de cómo estas redes informan, unen y hasta hacen milagros (independiente de creencias religiosas).

Un primo sufrió un gravísimo accidente este domingo aquí Santiago, del cual me enteré al día siguiente por mis padres, que están en Miami. Gracias a un tío, que también vive ahí, supe en qué hospital estaba internado mi primo. Sin tener cómo comunicarme ni con él ni con su familia (no vale la pena entrar en las desconexiones familiares que ocurren quién sabe por qué razón), le envié un mensaje a un amigo vía Facebook, más que nada por querer contarle esta situación a alguien que nos conoce a ambos y que podría entender mi preocupación.

Esta tarde, luego de tener noticias del hospital, y más tranquila con el avance realmente milagroso que está teniendo mi primo, llamé a mis padres para ponerlos al día con las noticias. Ahí y me enteré que mi amigo (el de Facebook) se había movilizado de tal manera que amig@s y conocid@s que no veo desde hace muchísimos años, estaban enterados de lo que había pasado. A esas alturas ellos tenías más detalles que yo de la situación y del estado de salud de mi primo. Incluso me comuniqué con una amiga que vive en Maryland para contarle los sucedido y, casi antes de saludarla, ya me estaba preguntando por mi primo.

La gente se informó utilizando distintos medio tecnlógicos y tod@s se conectaron de tal manera--creo que en una especie de sentimiento o pensamiento colectivo--que esta red ha logrado unirse y unirnos con un fin común, el deseo de que mi primo se recupere.

Estoy maravillada y esperanzada; la tecnología que se utilice es lo de menos, pero los movimientos sociales que se conforman, a través de ésta, son realmente fuertes.
Doy fé que las redes funcionan...de maneras que incluso nos cuesta imaginar.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Yo también fui inmigrante

Todos los días, cuando camino hacia o desde mi lugar de trabajo (sí, tengo esa suerte), veo que los carritos en los que se venden sopaipillas y/o jugos de naranja, por lo general, están a cargo de inmigrantes peruanos o ecuatorianos. Y pienso…que emprendedores/as…
Esta semana, haciendo zapping, descubrí que el noticiero matinal Meganoticias, tiene un espacio dedicado a historias de inmigrantes en Chile. Hoy destacaban a un colegio en la zona de Santiago poniente donde conviven, comparten y aprenden niños peruanos, colombianos, ecuatorianos y, por cierto, chilenos. Y cuando el periodista le pregunta a un chico chileno qué se siente tener compañeros extranjeros, el chico, algo desconcertado por la pregunta, dice algo así como… “nada, no me da nada, si somos todos niños.” Y pienso, ¡Brillante respuesta! Los niños no hacen diferencias; entre ellos son todos iguales…

Y luego, tratando de encontrar la fecha del Día del Inmigrante en Chile (si alguien la sabe, por favor, avísenme), me encuentro con un blog escrito por alguien que bien podría ser hija de inmigrantes (por la foto) y siento una profunda decepción.
Desde mi experiencia como inmigrante en un país donde crecí con un idioma distinto al mío, con juegos distintos a los que yo jugaba, con gente, que aún hablando castellano, lo hacía con acentos muy distintos a los míos, y con palabras que no entendía, aprendí a valorar y respetar la diversidad cultural. Y pienso, que fortuna la mía… sé lo que es una arepa, que el 15 de septiembre se celebra la independencia en Centro América y México (celebré y bailé con esos inmigrantes), sé lo rico y sustancioso que es el pozole, tuve amigas de Trinidad y Tobago, de Jamaica y Anguila con quienes aprendí a comer roti, compartí sala de clases con árabes y judíos, y con mis amigos y amigas formamos el grupo folklórico Araucaria y bailábamos cueca sintiéndonos bien chilenos y chilenas.
No fui inmigrante por razones políticas, fui inmigrante por razones similares a las de muchos de los inmigrantes que viven hoy en Chile: por razones económicas, porque mi padre y mi madre buscaban darnos oportunidades que no podían asegurarnos en Chile. Y sólo digo, ¡Gracias, buena decisión! (sintiendo toda la mezcla de acentos que he acumulado en mi vida).

domingo, 17 de agosto de 2008

Regalito para Valparaíso



Hoy me fui a dar una vuelta por el Museo Nacional de Bellas Artes y me encontré con la exposición sobre el trabajo del arquitecto Oscar Niemeyer, a quien, con mi poca cultura arquitectónica, escasamente lo asociaba a Brasilia.

Ahí me enteré (y probablemente muchos ya lo sabían) que Niemeyer, a sus 100 años de edad, ha diseñado un ambisioso proyecto para el Centro Cultural de Valparaíso, que ocupará el terreno de la ex-penitenciaría en el Cerro Carcel de esa cuidad. Lo interesante es que este proyecto está levantando toda una polémica. Algo que me parece entretenido, sobre todo si tiene a los porteños expresan su opinión, ya sea a favor o en contra.
Personalmente, no es el tipo de arquitectura que más me llama la atención, pero les aseguro que los ojos arquitectónicos del mundo, o por lo menos de América Latina, y los de cualquier transeunte que vea esa mole, estarán puesto en Valpo. No sé si el diseño será un regalo de Niemeyer....y si lo es, ¿aplicará el dicho de que "a caballo regalado no se le miran los dientes"? Sin embargo, el proyecto del centro cultural no deja de ser un inversión importante, ya que su construcción está estimada en 5.300 pesitos.
Pucha que sale cara la cultura. Ahora que reflexiono, mejor que se cree harta polémica; así, cuando el centro cultural abra sus puertas abrá que hacer filas larguísimas, así como en los museos de Europa...y en la entrada, los días domingos, habrá un cartelito que dice "Aporte Voluntario" y que todos miran pero no ven.

Blog Action Day 2008

Blog Action Day se llevará a cabo el 15 de octubre este año. Únete y conversemos sobre la pobreza. Cada uno/una de nosotros/as tenemos algo que opinar, que decir, que compartir.


viernes, 15 de agosto de 2008

Preocupante Titular


El siguiente títular de EMOL llamó poderosamente mi atención: Docentes de un distrito de Texas podrán portar aramas mientras dictan clases. Me hace reflexionar sobre la escalada de agresiones y violencia no sólo en Estados Unidos sino que acá en Chile, con los casos de bullying (o acoso escolar, en español, según lo publicado en Wikipedia) que cada vez son más comunes, o casos en que un alumno agrede a un profesor, o vice versa. El fenómeno social de la violencia en las escuelas, si bien no es nuevo, es preocupante, ya que refleja, a mi juicio, una grave crisis no tan sólo en la educación sino que al interior de las familias. Hice el breve ejercicio de buscar en Google (sólo páginas en español) y encontré 435.000 entradas de violencia escolar y 272.000 sobre bullying, y al hacer la búsqueda sobre armas en las escuelas, encontré 2.770.000 entradas. Sí, hay harta información, pero tal vez pocas soluciones, o pocas acciones.

No es posible que se tenga que llegar a que un profesor/una profesora necesite portar un arma para defenderse, defender a un/una alumno/a. Sí, es cierto, los gringos suelen exagerar y tomar decisiones más bien dramáticas y tipo Hollywoodense, pero, no deja de ser cierto que este tipo de noticias, vengan de donde venga, son preocupantes, ya que demuestra que los niveles de violencia a los que llegan algunos jóvenes y, por qué no decirlo, algunos profesores/as también, son extremos.
Fuerte el tema. Díficil saber por dónde comenzar, pero cada uno de nosotros/as es responsable por poner su cuota de solución, desde nuestros ámbitos de acción, desde los roles que jugamos en la sociedad.